La palma de Elche

Hace unas semanas os hablé, de mi año pasado en Santa Pola y Elche, y ya que tenemos la Semana Santa aquí, no podía dejar pasar la ocasión de hablaros de este trabajo artesano que se domina allí.

Una vez más, tengo que darle las gracias a Antonia: es una gran persona que enseña lo que sabe, mi profesora de bolillos, de palma y de mil cosas más.

Mientras estoy en un sitio, me gusta saber las tradiciones, las costumbres, lo que es típico y lo que no lo es y en este caso no iba a ser menos.

En Santa Pola, recuerdo ir a comprar el pescado al puerto, después de haber visto desde la clase de los bolillos cómo llegaban las barcas de los pescadores. Creo que nunca comeré un pescado como el de allí... mmm ¡delicioso!

Es sorprendente, cuando miras al horizonte del mar, buscando los pescadores que vuelven de su jornada de trabajo, rodeada de mujeres de la zona y cómo te cuentan las historias de los pescadores, de las mujeres reparando las redes, de cosas que se han perdido y otras que perduran a pesar de paso de los años. Y vienen a tu mente casi sin querer, todos los cuadros que has visto de barcas, de pescadores, del mar cayendo la tarde y dos barcas a lo lejos… y de momento tienes el mismo sentimiento que ellas, y todas esas pinturas que antes sólo eran simples imágenes, ya no son lo mismo.

Y de momento un día, al llegar a la ansiada clase de bolillos,  (sí, ¡ansiada! Porque al principio parece un fangal en el que te metiste tú misma, pero luego es un vicio en el que pasas horas, disfrutándolo), llega Antonia con sus múltiples bolsas y una nueva, así como de la basura.

Y cuando acaba la clase de los bolillos, abre la bolsa nueva, y ¡era palma!, empezó a enseñarnos hacer flores, que parecen fáciles, pero ya perdimos a alguna compañera por el camino; otras haciendo sellos; otras una especie de estrella para poner detrás de las flores, bolas... y ya cualquier cosa que podáis imaginar.

  

¡Cómo lo echo de menos este año! Desde luego, y cuánto trabajo que lleva la palma. Y luego sacarla el día de Ramos y todos los días que sea preciso en procesiones y desfiles.

  

Para el concurso de palmas (que sí, se hace concurso de palmas), se hizo una palma con diseño totalmente original, poniendo en la misma palma un bolillero con bolillos y trama incluida. Si esto no es artesanía...

Por supuesto, tuvo premio el sexto premio de Artesanía.

 

Al final nos llevamos premio y todo de la palma de la asociación, y para terminar, aquí os dejo una foto de mi título.

Espero que os haya gustado e impresionado aunque sólo sea un poquito. y ¡hasta la semana que viene!