Ésta es otra de las aficiones que se me ocurrieron de la
noche a la mañana después de oír un día tras otro a mi madre diciendo que
quería aprender hacer bolillos pero que era una cosa que no era fácil ni
accesible para ella.
Y por esas cosas de la vida, el año pasado en Elche me
encontré con la "Asociación de bolilleras de Elche y comarca" en una feria de
artesanía o en la concentración anual de bolilleras, no lo recuerdo bien. Pero
desde ese mismo instante pensé que el mejor regalo que le podía hacer a mi
madre era enseñarle yo misma hacer bolillos. Así que no lo pensé más y me puse
en contacto con ellas y con “la profe”, Antonia, y me puse al lío.
Gracias, Antonia, por ser tan buena profesora, por enseñarnos
tantas y tantas cosas, por ser tan paciente y tan generosa. Gracias de corazón.
Empecé con un marcapáginas (como empieza la mayoría): puntos básicos y algo facilito.
Y la segunda cosa que hice de bolillos fue este pañuelo, que
como veis en la siguiente foto tiene su miga, sobre todo en cada esquina.
Pero
lo que más me sorprendió fue el cambio radical que pegó al volverse un broche, gracias al ingenio y la magia de las manos de Antonia. Como os digo, para algunas cosas hay que tener gracia.
Y ésta es una de las cosas que ya lleva historia, porque fue estrenado como adorno del pelo, es decir, como un tocado en el desfile que realizó la asociación ese año.
El mundo de los bolillos es tan antiguo como gratificante. Es cierto que son muchas horas de trabajo, mucha dedicación y maña, pero cuando acabas "algo" (lo que sea ) es tan gratificante... Y claro, ahora entiendo por qué las cosas de bolillos son siempre tan caras: ¡es que no hay dinero con el que pagar tanto trabajo!
Bueno, espero que os haya gustado. Aquí no os doy indicaciones porque no es algo que se pueda enseñar fácilmente. Se necesitan horas de entrenamiento, constancia y una buena profesora como la mía.
Un abrazo y ¡hasta la semana que viene!
El mundo de los bolillos es tan antiguo como gratificante. Es cierto que son muchas horas de trabajo, mucha dedicación y maña, pero cuando acabas "algo" (lo que sea ) es tan gratificante... Y claro, ahora entiendo por qué las cosas de bolillos son siempre tan caras: ¡es que no hay dinero con el que pagar tanto trabajo!
Bueno, espero que os haya gustado. Aquí no os doy indicaciones porque no es algo que se pueda enseñar fácilmente. Se necesitan horas de entrenamiento, constancia y una buena profesora como la mía.
Un abrazo y ¡hasta la semana que viene!
Gracias por ser tan generosa y tener tanto ingenio
ResponderEliminarun beso
Isabel,que bonita esta historia y que bonito el pañuelo. Coincido contigo en lo gratificante que es ver cualquier cosa que ha salido de tus propias manos. Estoy convencida de que tu tambien eres buena enseñando a hacer manualidades! Un beso. Sara
ResponderEliminarMuchísimas gracias por vuestros comentarios, ¡sois un encanto!
ResponderEliminarQué bonito, Isabel! Me encanta!! :*
ResponderEliminarGracias!!!
EliminarQue broche más bonito!!!! Mi abuela también hacía bolillos... Mucho tiempo y mucha paciencia, pero el resultado es una obra de arte!!
ResponderEliminarPues si..pero merece la pena!!
EliminarPero Isabel!! No sólo eres buena haciendo tablas de pronoms febles!!! ✌️😏
ResponderEliminarÉs clar que sí!!! Ja.ja.ja. Moltes gràcies pel teu comentari.
Eliminar¡Qué buenos ratos pasamos en las clases!