¡¡Hola una semana más!!
Hoy os traigo un nuevo tipo de broche sencillito, pero que sirve siempre de complemento cuando
tienes una ocasión importante.
Para mi gusto, creo que da un toque de color, sin perder
elegancia.
El material, es clásico: “raso”, siempre con ese brillo
especial.
Os recuerdo, que ya hay dos entradas anteriores a propósito de broches pero de diferente material y también hechos a mano: fieltro y cremalleras
En este caso, puedes usar esos lazos que te encuentras por casa, sin
ningún motivo…quizás iban de adorno de un regalo, o iba en una camiseta vieja,
o lazos para el pelo, el caso es que parece que siempre hay alguno por ahí…
Y si no, es muy fácil de encontrarlos en mercerías, o
incluso seguro que en tiendas de “casi todo a un euro”.
Eliges el color que desees en función de para qué quieras
adornar y ¡al lio!
Yo uso silicona caliente para pegarlo o los coso, depende de
la tela el tamaño y lo cansada o no que esté. Lo que si os recomiendo es que si
hacéis algo de esto, por favor tengáis cuidado con la silicona caliente, es más
peligrosa de lo que parece…yo ya he tenido algún sustico que otro.
Puedes usar multitud de técnicas como las de la papiroflexia
o las de tejer la palma blanca de Elche, en mi caso comienzo de dentro a fuera
y no me gusta dejar ningún rastro ni de silicona, ni del revés del raso.
Aquí tenéis algunas muestras:
Si no sois muy mañosos y queréis tener alguno de estos
broches, o muchos, para regalarlos como regalo de boda, comunión o algo, es
preferible que los encarguéis es algo original y barato y ¡no corréis ningún
riesgo de liarla!
Espero que os haya gustado y ¡hasta la semana que viene!